Dedico éste trabajo a 13 Oeste, a mi calle Segunda Carrasquilla
y
a la 25 arriba en el Chorrillo donde conocí a muchos de los
protagonistas
de ésta historia; y en especial deseo reconocer la ayuda
espiritual
de Paula Campbell, quien a pesar de nuestras diferencias me
alentó
y apoyó durante el período de creación y
composición
de "Maestra Vida".
MAESTRA VIDA PRIMERA PARTE
Prólogo (Instrumental)
Marzo 12, 1920
En un barrio latinoamericano vive
una hembra que es la adoración de los hombres y la envidia de
las mujeres; MANUELA. Tres de sus vecinos, Vavá Quiñones,
Foncho Linares y Franklyn “Cara e’ crimen” González cantan en la
calle, frente a un solar llamado “de los aburridos” que es un punto de
reunión para jugar al dominó, discutir política y,
en general “arreglar el mundo”. El trío presenta a un sastre,
hijo de caribeño y suramericana quien en el vecindario posee la
reputación de “jodedor de los jodedores”. Su nombre es CARMELO
y, al igual que los hombres del “solar de los aburridos” sueña
con la conquista de Manuela, (COMO TÚ). Texto: Rubén Blades
Una tarde de abril 1975, Quique
Quiñones repleto de recuerdos bebía en una de las mesas
del barrio. Era hijo de Vavá, compadre eterno del legendario
sastre Carmelo DaSilva. Hoy, las cervezas y los rones de siempre los
comparte Quique con su hijo Calitolito y con Rafael DaSilva, nieto de
aquella arrolladora Manuela. La historia es idéntica a todas las
historias de este barrio, quizás sea la misma. Por eso, como
siempre, la música no es más que un pretexto.
Calitolito: Mira vamo’ a sentarnos
por aquí… Rafael: Aquí, aquí
hay un puesto, fíjate Calitolito: Mira vale, este,
pásame ahí, dos cervecitas bien, bien frías. Cantinero: Pues, se van… se van a
tener que esperar un momento, pues que estoy ocopao’,
¿Cuántas manos cree que tengo yo, pues? Rafael: El gentío, el
gentío que hay aquí. Calitolito: El retrecherito, ay…
te vas a volve’ loco. Quique: Calitolito!! Calitolito: Mira, allá
está el viejo… Rafael: ¿Quién ta’
llamando? Calitolito: El viejo chico… Rafael: Ese… tu papá, el…
Quiñones. Quique Quiñones. Calitolito: El autentico Quique
Quiñones, mano, si señor. Quique: Le hiciste el mandao’ a tu
mamá. Calitolito: Si, si como no, chico. Quique: Le hiciste el mandao’ a tu
mamá. Calitolito: Si, si chico. Mira,
mira… te quiero presenta’ a un amigo. Quique: Ah, ¿Cómo
está el caballero, ahí? Muy bien! Rafael: Rafael Calitolito: ¿A ti no se te
parece… conocido a alguien? ¿no tiene un parecido con alguien?
Mírale la cara chico, mírale la cara… Rafael: Rafael Dasilva. Quique: ¿Ah? Rafael: Rafael Dasilva. Quique: ¿Qué
DaSilva? ¿El… el hijo de Ramiro? Calitolito: El mismo, el mismo Quique: ¿El nieto de
Carmelo DaSilva y de Manuela Peré? Calitolito: El propio y autentico,
si señor. ¿Tu sabes que se está casando? Quique: Y tu abuelo…. ¿ah? Calitolito: Tremenda hembra se
está casando este caballero. Quique. Ay… tremenda hembra, mi
hermano ¿tu sabe’ quién era una tremenda hembra? Tu
abuela, tu abuela Manuela, esa era tremenda hembra… y tu abuelo
Carmelo, era tremendo tipo… tu papá Ramiro, má’ o meno’…
pero el bravo ahí era tu abuelo, y tu abuela…. Calitolito: ¡Ay Rafael!
Comenzó… olvidate, que este viejo se cuenta ahora el cuento
completito… Quique: ¡No, no! que Manuela
Peré, eso era un... Mira tu abuelo Carmelo se la pasaba
ahí en el solar de los aburridos tirándole besito y
haciéndole caritas, y Manuela no le hacía caso a nadie. Calitolito: Mira viejo,
¿pero de verdad esa era la mujer más bella que tú
hayas visto, chico? Quique: Manuela Peré, la
mejor hembra que ha habio’ en este barrio…
Manuela (1978)
¡Manuela, qué mujer aquella!
De grandes ojos y cabellos negros largos, y figura de guitarra
¡Qué hay que admirar!
¡Manuela, ay, que hembra tan bella!
De risa coqueta, y de cintura pequeñita y de piernas,
¡criminal!
¡Qué estampa sensual!
En todas partes repetían ese nombre,
Perdían el sueño los hombres ante tanta perfección.
Las otras hembras la miraban y de envidia, preguntaban,
-“¿qué tiene ella que no tenga yo?”-
Pero Manuela,
Como una pantera en cada esquina de aquel barrio iba
Dejando pedacitos de ilusión,
De quién la amó.
Y es que Manuela no tiene problemas.
La juventud grita en su piel,
Solo a la vida ella le es fiel;
No tiene horario ni deber; no tiene penas.
Y cada hombre que la encuentra, admirado, se lamenta,
-“¡Qué no diera por tumbar a la Manuela!”-
-“¡Ay Dios mío, qué no diera por el amor de la
Manuela!”-
Ay qué no diera, ay qué no diera yo por tenerla.
Es que le tengo un coco y me carga loco, trastornao’ me trae la geva.
Coro: ¡Ay, qué no diera por el amor de Manuela!
Tiene, tiene un caminao’ bien rico e’ medio lao’, con un guille de
pantera.
Coro
Yo seré tu domador, bella mujer, mamacita ven paca’ pa’
enseñarte a ti a quere’.
Coro
De piernas criminal, qué estampa sensual, eeh eah, está
linda esa morena.
Coro
Su figura de guitarra quiero tocar, ay compay, esa Manuela buena que
está.
Coro
Mira tú, si le tengo un coco, que no me importa que se
traiga hasta a la suegra.
Coro
Pero Manuela de qué, Manuela de qué, Manuela de
qué, se preguntan toas’ las hembras.
Coro
Ay, qué no diera, hasta el cheque e’ la quincena.
Coro
En la mañana, por la tarde y, en la noche, en la esquina ese es
el tema.
Coro
Coro
Coro
Coro
Pero qué, qué no diera, uey; pero qué, qué
no diera eeh, qué no diera yo por ella.
Coro
Quién tuviera un amor como tú, quién tuviera,
señores, una nena así tan buena.
Coro
Se acababa para mí toda la pena y todo el problema.
Coro
Ay que Manuela Peré, Manuela Peré, Manuela Peré,
es la envidia de las hembras.
Coro
Que me de el papel que le de la gana, pero que me ponga pana a trabaja’
en su novela.
Coro
Es que le tengo un coco, y me carga loco trastornao’ me trae la geva.
Coro
Acá en el barrio hay una Mora a Manuela es la que adora.
Coro
Trilililu, ay, qué no diera, ay, qué no diera yo por
tenerla.
Coro
Carmelo, Parte I (1979)
Alalalalala
Carmelo era en el barrio el guapo mayor,
Respetado como cualquier gran doctor.
El hombre con la llave pa’ to’ el callejón,
Amo de la esquina, del barrio y del son.
Trabajaba fuerte en la sastrería
Llamada “La Esperanza”, de mister García,
Y como todo hombre que en el barrio había
Soñaba con tener a Manuela algún día.
Es que en los sábados de dominó,
Entre los traguitos, los gritos, ¡Ay Dios!,
Era la Manuela el tema obligao’
Después de la política, el box y los daos’.
Como tú (1979)
Hombres: Como tú no saben hablar, no saben
reír, no pueden amar.
¡Mira manuela!
Como tú no saben vivir, no saben de amor, no pueden sentir.
¡Oye Manuela!
Carmelo: Como tú no saben reír, no
saben hablar, no pueden sentir.
Como tú no saben de amor,
no saben besar, no me hacen vivir.
¡Oye Manuela!
Hombres: Como tú no saben hablar, no saben
reír, no pueden amar.
Eeh, oye Manuela
Coro: Ven pa’ ca’ entonces
De toas’ las hembras la más buena.
Coro
Se que voy a conquistarte.
Coro
Y to’ ese orgullo vo’ a quitarte.
Coro
Te vo’ a enseñar todo lo bueno.
Coro
Todo lo dulce que es Carmelo.
Coro
Oye la niña si está buena.
Coro: Qué linda es la Manuela
Pero un poquito orgullosa.
Coro
Que se cree que es la gran cosa.
Coro
Pero es más, me quito el nombre.
Coro
Si no soy su primer hombre.
Coro
Oye que linda está Manuela.
Coro
Coro: Ven pa’ ca’ entonces
Coro: Que linda es la manuela
Oye Manuela qué buena,
Oye Manuela que rica, ven, ven
Morena ven, morena ven, morena ven, rerere ven
Oye Manuela ven ahora que te espero
Ay por mi madre que yo te quiero
Ven Manuela ven pa’ ca’
Ven manuela llega ya
Aquí está tu Carmelo
Carmelo, Parte II (1979)
Y a final de cuentas el día llegó
Y Carmelo DaSilva a Manuela enfrentó;
Y aguantamos todos la respiración
Al él declararle a Manuela su amor;
Y cuentan que Manuela al final lo aceptó
Pero le puso en claro, como condición
Que le exigía respeto primero y si no
Ese era un buen momento pa’ decirse adiós.
Diciembre 17, 1920
La Venus del barrio y el sastre
“guapo” se encuentran en la calle y esta vez, Carmelo, lleno de
pasión, le declara a manuela su propósito de hacerla
suya: ella le contesta que, aunque también le desea, él
debe comprender que ella es una persona decente, (YO SOY UNA MUJER), de
lo contrario la relación no podrá entablarse. A pesar de
que Carmelo no está muy de acuerdo con las razones de Manuela,
accede a sus demandas azuzado por el deseo de hacerla suya, y por la
confianza de que en el futuro la hará cambiar de idea. Ambos se
aceptan y se juran amor para toda la vida.
Quique: Pues si…mira Rafael,
entonce’... tu sabe… Carmelo, a Carmelo no le gustó la.. la..
la…la manera de… de… de tu abuela, tu sabe…de Manuela, pero
Manuela era muy frega’… Rafael: ¿Cómo hizo
pa’ lenvantala’ entonce’? Quique: Porque el era un vivo,
pues entonce’ el se imaginó, no yo le voy a deci’ a esta muje’
que si, le voy a deci’ a esta muje’ que si… Calitolito: Mira linfático…
tráeme tres cervecitas ma’.. Quique: Entonces le digo que si,
pero despue’ pa’ bajo la cambio… porque al fin y al cabo es muje’…y a
las mujeres… y a las mujeres tu las puede’ cambia’… Rafael: ¿Y cambió? Quique: ¡uuuuh!
Yo soy una mujer (1979)
Manuela: Yo soy una mujer, no una cualquiera,
Y tengo sentimientos y valor.
Y aunque muchos, muchos machos no lo entiendan
Yo soy una persona, no un inferior.
Yo soy una mujer, y a mucho orgullo,
Y tengo mi razón para vivir. Si te doy mis años buenos,
Mi amor y mis desvelos,
Tú tendrás también que hacerlo por mí.
Carmelo: Manuela, eres mi tesoro.
Manuela: Carmelo así si te adoro.
Carmelo: Ten mi amor.
Manuela. Ten mi amor.
A dúo: ¡Mi cielo! Por
un solo camino, mano en mano, tu conmigo;
Carmelo: Siempre así;
Manuela: Solo así.
A dúo: ¡Unidos! Juro
que hasta en la muerte no dejaré de quererte:
Carmelo: Siempre así;
Manuela: Hasta el fin.
A dúo: ¡Mi cielo!
Enero 21, 1921
El vecindario, sin poder
aún creer lo que ha ocurrido, se presenta en masa a LA FIESTA,
ocasión del jolgorio que no puede ser desaprovechada,
atraídos por la curiosidad de ver a sus figuras más
populares unir sus vidas. El “solar de los aburridos” apadrina la
unión, y celebran el acontecimiento en casa de los
Quiñones.
Quique: Ah, entonces a ultima
hora, sabe,…y si por fin, hombe’, le dijo que si, tal y cual… entonces,
a la semana, a la semana y eso, ya vivían en un cuartito por
ahí por la carnicería de… del chino… del chino Chi; y le
hicimos un tremendo fiestón mano, aunque nadie pensaba que eso
no iba a dura’ mucho, sabe; pero una fiesta es una fiesta, la mejor que
este barrio ha visto aquí, la fiesta, tremenda fiesta… Calitolito: Rafael, esa fiesta…
esa fue la fiesta que termino a golpe limpio ¡no! Quique: e’…e’ la cosa… Rafael: … siempre a sio’
pelia’ a mi gente… Quique: Tremendo fiestón…
La fiesta (instrumental)
Mayo 17, 1921
Carmelo continúa trabajando
en la sastrería “La Esperanza”, y Manuela se dedica a los
quehaceres de a casa; está embarazada y contenta pues Carmelo, a
pesar de mantener su fama en el barrio, ha ido cambiando sus
hábitos callejeros a causa del intenso afecto que ha
desarrollado por su concubina y por su deseo de complacerla y n hacer
peligrar su unión.
Noviembre 10, 1921
Sábado en la tarde.
Mientras Carmelo juega una partida de dominó en el “solar de los
aburridos”, le avisan que, ¡por fin! Manuela ha dado a luz.
Él sale corriendo hacia el hospital, lleno de emoción por
EL NACIMIENTO de su primer hijo al que nombra RAMIRO.
Quique: Bueno, mira… mira ya esta
bueno de esta’ tomando cerveza, que estoy yendo mucho al
baño, ya estoy cansao’ de esa vaina, vamo a pedi’
una botella e’ ron, aquí o algo así... bueno. Calitolito: Una botellita e’ ron,
yo la pago viejo… Quique: ¿Tú la paga?
¿Tú tiene plata pa’ eso? Calitolito: ¡Ah pue’ como no! Quique: Cuidao’ con la casa... e’
la plata e’ tu mamá ah… bueno… Calitolito: ¡Ah pue’, chico
no te preocupes, no te preocupes Quique: Bueno mira Rafael,
déjame seguirte contado las casas… Calitolito: Ayayay…sigue el cuento
Dios mio! Quique: Resulta…ehhh, resulta que
a los nueve meses, nació tu papá Ramiro, y le hicimo’ la
mejor fiesta que se ha hecho en este barrio… Calitolito: ¡Ah pue’! se
entontó el viejo ¿la mejor fiesta no ique’ fue cuando se
empataron Manuela y Carmelo? Quique: No me falte el respeto a
mí, que yo se de esta vaina ma’ que uste’ ah… la mejor fiesta
que se ha hecho en este barrio.
El nacimiento de Ramiro (1977)
Nació mi niño, mi niño, ¡nuestro
niño! ¿quién lo creyera?
Que después de haber andado tanta esquina,
Correteado tanta hembra y enredao’ en mil problemas,
¡Iba yo a salir papá! ¡Jajay cara’!
Nació mi niño, mi niño, nuestro niño.
¡Mira que vaina!
Y no me atrevo ni a apretarlo, por temor a lastimarlo;
Estoy tan emocionao’ mano, que soy capaz de soltarlo y,
¡En este mundo caballeros, no hay nene más bonito!
¿Y tú Manuela, como está mi reina bella?
Que perdiste mucha sangre me contaba aquí el Doctor,
Vine corriendo con Vavá, Foncho y el Franklyn,
Me los traje desde el parque, por si aca’ una transfusión;
Es que yo estoy que ni sangre puedo darte,
Me bebí treinta cervezas y dos botellas de ron por la
emoción
De tanta espera.
Y cuando crezca; ¿qué será?, ¿qué
será?, ¿qué será?, ¿qué
será?
¿Será acaso un pelotero como Aparicio, o Clemente,
ídolo de su gente,
Y gloria para el béisbol?
O, a lo mejor, sale un genio en matemáticas, un inventor,
Un gran sonero, ¡y cuidao’ que hasta doctor!
Y eso sí señor, lo pido en tu nombre:
Que no me salga marica, que no me salga ladrón
Que, aunque sé que he hecho mis trampas,
Trataré de darle todo lo que nunca tuve yo.
Nació mi niño, mi niño, ¡nuestro
niño!, ay cara’ ¿quién lo creyera?;
Mi presión casi revienta, ¡ay, cójalo suave doctor!
¿Qué te pasa? Nombe’ je;
Fueron nueve meses de angustias e incertidumbre y
Hoy es el momento cumbre; ¡por fin ha empezado el show!
Coro: ¡Nació mi niño!, abran los balcones, beban
rones, rompan lo que quieran que lo pago yo.
Beban todo lo que quieran y después me traen la cuenta, y si no
hay con que pagarla pues veremos que se inventa.
Coro
No se si es la borrachera o que es lo que está pasando, pero
creo que hasta la ropa del balcón está bailando.
Coro
Usen el baño si quieren pero con mucho cuidao’, si no hay papel
no se quejen, desde ayer está tapao’.
Coro
Coro
Se ha formado una gran fiesta, todo el barrio está conmigo, como
nadie tiene plata, que to’ el barrio sea el padrino.
Coro
Rompan todo lo que quieran pero cuídenme los muebles, que
todavía los debo y el gallego es inclemente.
Coro
Coro
La cerveza se estás enfriando en la tina ahonde’ se lava; la
gente sigue llegando; esta rumba no se acaba.
Siriripare, siriripare, siriripare; ven, ven que ya, ya se está
acabando el hielo y esto aquí sigue prendio’, esta fiesta no se
acaba si no estoy amanecio’.
Coro
Febrero 14, 1935
Para los DaSilva y demás
residentes del barrio, la situación económica se torna
más y más difícil. Carmelo, frustrado por su
imposibilidad de hallar la manera de aliviar sus necesidades diarias,
vuelca su amargura criticando a los políticos de turno, al
presidente y a los militares, cantando cínicamente
DÉJENME REÍR, PARA NO LLORAR.
Quique: Y cuando es que te vas a
casa’, eh tú Roberto Calitolito: Chico!... Rafael, vale! Quique: Rafael…ah Rafael, porque
carajo se yo si lo acabo e’ conoce’, bueno Rafael. Rafael: Tamo’ en eso, tamo’ en
eso, pero… las cosas están muy duras ahora… Calitolito: Traete ahí un
servicio de hielo y un trapito pa’ limpia’ to’ esto… Quique: Tan dura ahora?... ante’,
ante’ también, ahora mañana, el pobre siempre está
fregao’ (Calitolito: Hielo, con hielo y otro vaso…)… mira lo que le
pasó a tu mamá y a tu papá…los político’
siempre lo mismo…sse! yo pa’ mantené’ a mis hijo’ trabajando
como un burro…o sea…en 58 años…me veo bien pa’ mi eda’, pero
trabajando como un animal; si hace 40 ano’ cuando tu papá
Carmelo nació, tu abuelo Carmelo y tu abuela Manuela, se la
vieron bien difíciles, mi hermano, y es que el pobre siempre
está fregao’…sse! tanto es así… ah Rafael, que la
canción que cantaba Carmelo cuando nació tu papá,
tu papá Ramiro la puedo cantar yo mismo, 50 años
más tarde y vaina!
Déjenme reír (Para no
llorar) (1972-80)
Desde que nació Ramiro las cosas están más duras
que ayer,
Yo lucho y yo trato y no puedo obtener lo que pa’ vivir requiero.
Desde que nació Ramiro, le dije a Manuela, -“Esto está
cabrón”-,
No veo la manera ni la solución pa’ pode’ arreglar
El pobre su situación
Si el político ladrón nos entretiene con cuentos
Y estadísticas, diciendo
-“La culpa es de la inflación”-.
Coro: “No se pue’ arregla’ del pobre la
situación
Si el político ladrón nos entretiene con cuentos y
estadísticas, diciendo:
-“La culpa es de la inflación”-.
Desde que nació Ramiro las cosas han ido mal en peor,
Yo lucho y yo trato y no hay nada mejor
Y el tiempo sigue pasando.
Cada cuatro años se aparecen, cargando niños por el
barrio;
Prometiendo; saludando.
El voto buscando (¡y robando!)
El voto buscando (¡y engañando!).
El voto buscando (¡y robando!)
El voto buscando (¡y engañando!).
Y acaban las elecciones y al mirar las selecciones siempre ves
La misma gente, (ja, ja, ja), ¡sorpresa!
Y el que votó esperanzado, sigue del gancho colgado,
Y el que votó indiferente, (¡Jesús!) cree que
milagrosamente
Se arreglará lo dañado, (¡Amén!), y
entretanto, ¡caballeros!,
El pobre sigue esperando….
Coro: ¿Y el político qué? –(eso digo yo) ¿y
el político qué?;
El voto buscando (¡y robando!)
El voto buscando (¡y engañando!).
El voto buscando (¡y robando!)
El voto buscando (¡y engañando!).
Y el nuevo Presidente, y el nuevo Gabinete hacen mil declaraciones;
La Prensa da mil versiones que enredan más a la gente;
¡Y, de repente!, comienzan las bolas, los bochinches, los rumores;
-“¡Fulanito va pa’ fuera!; ¡cambio en las gobernaciones!”-;
¡Y, de pronto!, estalla la burbuja rosa y queda el Gobierno,
Espantado por la noticia que marcha en la calle:
-“Vamos a arregla’ esta cosa”-; orden de golpe de estado
Decretan los generales.
-“¡Viva yo!”(Viva yo); “¡Viva yo!” (Viva yo); ( tú
no, viva yo, y yo, y yo)-.
-“¡Viva yo!”(Viva yo); “¡Viva yo!” (Viva yo); ( tú
no, viva yo, y yo, y yo)-.
-(y yo, y yo, y yo, y yo, y yo, y yo)-
Desde que nació Ramiro, a la sastrería a nadie veo llegar,
La cosa es ahorrar y no aparentar;
Pues más vale andar feo, que flaco y sin comer, y,
Aunque lo puedo entender sigo yo sin trabajar.
Y mi condición es seguir mi batallar,
Y el tiempo sigo pasando, ¡yo riendo pa’ no llorar!
Coro: ¡Déjenme reír, para no
llorar;
Déjenme cantar, pa’ que la pena no duela
tanto!
¡Señores!; para empezar el culpable de mi infierno es el
maldito gobierno, que ha resultado incapaz.
Coro
Ahora vuelvo a recordar aquellos días de infancia, en que
viví la abundancia de amor de papá y mamá.
Coro
¡Señores!; voy a reír, ay, dizque pa’ no llorar, y
el tiempo sigue pasando, ¡mi hermano, y no hay pa’ papear!
MAESTRA
VIDA SEGUNDA PARTE
Epílogo
(Instrumental)
Enero 7, 1970
La madrugada de un domingo
encuentra a Manuela entre sombras, avanzando hacia la iglesia.
Presintiendo que su final se acerca, reza por su salvación, la
de Carmelo y la de Ramiro, el hijo que cumple pena de prisión.
Con resignado fatalismo aprieta su rosario. Con la plegaria colgando de
sus labios, acompañada por los fantasmas sonámbulos de su
ayer camina LA DOÑA.
La misma tarde de abril 1975.
Aquellas cervezas le dieron paso a una botella de ron y luego a una
botella más. Quique Quiñones acompañado por su
hijo Calitolito sigue borracho de nostalgia. En la mesa también
está Rafael Dasilva, hijo de Ramiro y nieto de Carmelo y
Manuela. La historia es como una letanía, es la misma de
siempre. Por eso, la música tan solo sigue siendo un pretexto.
Quique: Tu sabe, Rafael…tu, tu
papá Ramiro despareció, sabe…se perdió,
entonce’…eh, Carmelo y Manuela imagínate toavia’ estaban junto’
sabe…estaban junto a pesar de que nadie pensó, nadie
pensó que iban a dura’ tanto junto’… el que, el que se
perdió fue tu papá sabe, el que se perdió fue tu
papá Ramiro, entonces tu abuelo estaba triste tu sabe y, y
apenao’, por, porque, mucha gente no sabía porque tu papá
no estaba por el barrio ya, yo si sabía, tu papá esta
preso, sabe…y a Carmelo le daba mucha pena y eso y… y por eso no, y por
eso no, no salía casi ya nunca del apartamento y, tu sabe…cosa
que yo no, no me olvidaré jama’ no… era cuando…era ve’ a tu
abuela no…que a mi me mandaban a compra’ pan, a mi me mandaban a
compra’ el pan por la madruga’ y yo bajaba y veía a tu abuelita,
Manuela’ pa’ la iglesia toas’ las madruga’; y también me acuerdo
cuando mi papá Vavá, Vavá Quiñones, llegaba
y me llevaba a visita’ a tu abuelo, a Carmelo, sabe…y despue’ que
Manuela…despue’ que Manuela se murió, Carmelo ya no le
interesaba vivir , sabe, un tipo muy jodido tu abuelo y… y quedo
siempre preguntando que si habiamos visto a Ramiro, siempre preguntando
por tu papá y tu papá nunca se apareció, con…
sabe, o se que, yo no sé a mi nunca… te voa’ a se’ franco
contigo, no…perate’, perate…te vo… te voy… yo te voa’ a
decí’ una vaina a ti que…que a mi nunca me gustó tu
papá sabe, tu papá Ramiro ee… muy diferente a tu abuelo,
tu abuelo era, era un tipo, tu papá ombe’, tu papá era
muy raro…en nada en que regreso a la cuestión de la, del velorio
y, y al…y al entierro llegó tarde, tu sabe…eh tu sabe, yo no se
era un tipo muy, muy, muy diferente a tu abuelo…
Manuela, Después…. (La
Doña) (1971)
Ya pasada de setenta y encorvada por los años camina la
doña.
Lleva rumbo de la iglesia. Cuelga en su mano un rosario
Y en los labios, la plegaria que repite día a día:
-“¡Ayúdame Ña María en estos últimos
años!”-
El ayer atrás quedó y el sueño aquel en la piel se
le arrugó.
Y va pasando Manuela, y hoy, ¡cuán doloroso es su andar!
Su amiga la madrugada la acompaña en su penar.
Pasa vestida de negro. Yo la contemplo en silencio
Y pienso en las cosas que aún espero.
Y al escuchar su plegaria, por dentro sentí algo extraño.
-“¡Ayúdame Ña María en estos últimos
años!”-
Lleva rumbo pa’ la iglesia, cuelga en su mano un rosario.
Coro: -“¡Ayúdame Ña María en estos
últimos años!”-
En los labios la plegaria que repite día a día.
Coro
Esa doña que va en negro, es mi abuelita pasando.
Coro
Y tuve un presentimiento, por dentro sentí algo extraño.
Coro
La piel, la piel, la piel, la piel; arrugado el sueño de un ayer
lleno de engaño.
Coro
Madruga’, campana y doña, rosario y cantar de gallo.
Coro
Ya pasada de setenta, la señora va pasando.
Coro
¡Ay!, que destino caballeros, llegar a viejo llorando.
Coro
Va caminando la doña encorvada por los años.
Coro
Entre sombras y fantasmas la Manuela va rezando.
Coro
Ya pasada de setenta y encorvada por los años.
Coro: -“¡Ayúdame Ña María en estos
últimos años!”-
Lleva rumbo pa’ la iglesia y la plegaria va en los labios.
Coro
Madruga’, madruga’, madruga’, campana y doña, rosario y
cantar de gallo.
Coro
Que destino caballeros llegar a vejo llorando.
Coro
Avanzando entre las sombras, la señora va pasando.
Coro
Yo, yo, yo, yo parado allá en la esquina, ¡ay!, me le
quedo mirando.
Coro
Y tuve un presentimiento, por dentro sentí algo extraño.
Coro
¡Ay! Manuela de la noche, yo comprendo tu quebranto.
Coro
Pasa vestida de negro, señores, cuelga en su mano un rosario.
Coro
Y en los labios la plegaria que repite día a día.
Coro
Febrero 14, 1970
Muere Manuela.
Mayo 15, 1970
En medio de la total soledad de su
vejez, EL VIEJO DaSILVA se lamenta del “hipócrita respeto” con
que se le trata. Ni el hijo en el cual tantas esperanzas pusiese le
visita luego de salir de la prisión. Solo en su cuarto, piensa
en los días cuando era “el jodedor de los jodedores”; en el amor
intenso que compartió con Manuela; en la unión que
mantuvieron contra todos los pronósticos.
Al día siguiente es
encontrado, muerto de tristeza, sentado en un sillón, apretando
el anillo que le regalase a Manuela el día de su unión
durante LA FIESTA y que ella devolviera, como ofrenda final de su amor,
antes de morir.
Carmelo, después…. (El viejo
DaSilva) (1976)
-“¡Qué viejo se ha puesto el sol!”- Pensaba el viejo
DaSilva,
Recostado en su sillón, despierto y soñando a ratos.
Contemplando los recuerdos entre el humo del tabaco,
En su humilde habitación de mobiliario barato.
-“De Ramiro no se nada; ni una carta he recibido, y
Aunque se que es el destino que todos los hijos partan,
No se como olvidan tantos sacrificios compartidos y se van
Buscando caminos cuando el viejo no hace falta.
No hay cortesía o derecho para aquel que llega a viejo;
Se nos trata desde lejos, con hipócrita respeto.
No me quieren dar trabajo, no me quiero mendigando.
Con el seguro social, ¡je no niño!, pa’ vivir de vaina
alcanzo y
Entre estas cuatro paredes presiento la muerte llegando.
Y entre estas cuatro paredes presiento la muerte llegando”-.
¡ah aje aeh, aje aje ay ay ombe’!
¡eh aje aeh, aje aje ay ay ombe’!
¡ay ombe’!
-“¡Qué vieja que está la tarde!”- Pensaba el viejo
DaSilva,
Mirando las golondrinas desde la banca del parque.
-“A veces pa’ levantarme necesito que me ayuden,
Y aunque avergonzado estuve, doy las gracias y camino,
¡Oiga! Y cuanto perro que me encuentro la quiere coger conmigo;
Y cuanto perro me encuentro la quiere coger conmigo.
Manuela, si tú vivieras, quizás tendría una
esperanza;
¡Ay! Manuela, si tú vivieras, quizás tendría
una esperanza, pero
Estoy solo mi vieja, y esta espera cansa;
Es que estoy solo mi vieja; solo esperar cansa”-.
¡eh aje aje, aje aje ay ay ombe’!
¡eh aje aje, aje aje ay ay ombe’!
¡ay ombe’!
-“¡Qué vieja que está la noche!”- Pensaba el viejo
DaSilva,
Y apretaba el viejo anillo que Manuela le dejara;
Y apretaba el viejo anillo que manuela le dejara.
Y allí mismo lo encontraron, en aquel sillón sentado,
¡Muerto!,
Entre el polvo y los recuerdos, mariposas del pasado.
Y por mucho que trataron, su mano abrir no pudieron;
Y por mucho que trataron, su mano abrir no pudieron.
Dios te bendiga Carmelo; a Manuela y a los viejos.
Dios te bendiga Carmelo; a Manuela y a los viejos.
A dúo: Juro que hasta en la
muerte no dejaré de quererte:
Carmelo: Siempre así;
Manuela: Hasta el fin.
A dúo: ¡Mi cielo!
Mayo 17, 1970
En la casa de Quique
Quiñones, hijo de Vavá, miembros sobrevivientes de la
vieja guardia del “solar de los aburridos”, sus descendientes y otros
residentes del barrio, llegan a presentar sus respetos al difunto
Carmelo durante EL VELORIO, y a dar el pésame a Ramiro quien
luego de una prolongada ausencia reaparece por el vecindario a
raíz de la muerte de su padre. Durante la reunión, entre
tragos, interpretan la melodía que Carmelo gustaba silbar. Luego
de la velada, (que degenera casi en fiesta) se retiran a sus hogares.
El velorio (instrumental)
Mayo 19, 1970
Ramiro, borracho la noche anterior
en el velorio de Carmelo, llega tarde y amanecido a la oficina de
Bienes Raíces donde trabaja como mensajero. Cuando pide permiso
para salir más temprano de su turno, el patrón no cree en
su explicación y le reclama su tardanza y su aliento
alcohólico, rehusándose a concederle el permiso. En
consecuencia, por su falta de carácter, llega tarde a EL
ENTIERRO de su padre. Una vez frente a la tumba de Carmelo, Ramiro se
enfrenta súbitamente a su propia mortalidad y al excesivo
egoísmo que ha practicado hacia los demás. Agobiado por
los recuerdos, sus sentimientos de culpa y por la terrible realidad del
momento, finalmente llora y lamenta las desapariciones de Manuela y
Carmelo.
El entierro (1969)
El patrón negó el permiso y el día más
largo se hizo para Ramiro:
Cuando llegó, ya la tierra había cumplido.
Se fue Carmelo DaSilva, de la misma forma absurda como había
venido.
Se fue haciendo mil preguntas, sin encontrar las respuestas,
Y Ramiro ante su tumba, luna y noche, sol y día, escuchaba
Voces viejas murmurar que lo sentían, sin el poder entender
En el fondo qué decían;
La rabia no lo dejaba entender en el fondo, qué sabían.
Y el cielo se resbaló sobre el camposanto;
La tarde se confundió con cemento blanco.
No supo por cuanto tiempo estuvo llorando.
No supo por cuanto tiempo estuvo llorando.
Antes de salir Ramiro del cementerio,
El enterrador y el cura fueron sonriendo. Dijeron:
-“Eh, señor, disculpe, disculpe, pero… ¿quién paga
este entierro?
¿Quién es el que paga los chavos de la palea’,
ésta?
Dijeron: -“Señor, disculpe ¿quién paga esta vaina?
¿quién paga este entierro?”-.
¡aje ya gombe’!
¡aje ya gombe’!
¡aje ya gombe’ eeh!
¡aje ya gombe’!
La noche llegó de pronto, como huyendo.
Le fueron prendiendo huecos en el pueblo.
Ramiro durmió soñando con carros nuevos.
Ramiro durmió soñando con senos viejos.
¡aje ya gombe’ eh!
¡aje ya gombe’ eh!
¡aje ya gombe’!
Coro: “¡ay, papá y mamá, si los tuviera en vida,
cuantas cosas les dijera!... ¡cuantas cosas cambiarían!”
Coro: “¡ay, papá y mamá, si los tuviera en vida,
cuantas cosas les dijera!... ¡cuantas cosas cambiarían!”
Mayo 20, 1970
Tarde en la noche, Ramiro DaSilva
regresa al barrio y recorre sus calles. En el antiguo “solar de los
aburridos” han construido, una casa de apartamentos y una carpa
circense donde se dan cita políticos y predicadores religiosos,
según la ocasión. Ramiro, deprimido por los
acontecimientos, llega hasta la esquina del solar, donde su padre
celebrase su nacimiento 48 años atrás y, como en un
renacer, canta sus experiencias a la barriada que duerme (MAESTRA
VIDA). Al regresar a la motocicleta que le llevará de vuelta al
caserío “El Progreso” donde ahora residen, escucha voces
aguardentosas y desafinadas que brotan de alguna parte donde celebran
un bautizo en el barrio cantando, “hay que vivir….”. Ramiro pasea la
mirada a su alrededor, se pone su casco, sube a su motocicleta y se va
para el carajo.
Maestra vida (1979)
(Todos los hechos lo condenaban.
Las anécdotas y los recuerdos hablaban mal de él.
Con los ojos enterrados en el piso,
Sufriendo las malas jugadas de su existencia,
Ramiro recorrió las calles del barrio;
La misma esquina con su mismo olor.
Todos los hechos lo condenaban.
Sin embargo, nadie hablaba de su soledad;
De aquellos años en la cárcel;
De las cosas que hizo y dejó de hacer;
De su eterna mala suerte.
Parado en la esquina,
Ramiro respondió las preguntas que jamás le hicieron.
Después de todo, su único premio era la vejez;
La misma recompensa que recibió su padre Carmelo;
La misma recompensa que de seguro recibiría su hijo Rafael.
Es una noche de mayo de 1970.
Ramiro sigue en la esquina, solo como siempre).
A tu escuela llegué, sin entender porqué llegaba.
En tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas,
Y aprendo mucho. Y no aprendo nada.
Coro: ¡Maestra vida, camará! ¡te da y te quita, y te
quita y te da!
¡Maestra vida, camará! ¡te da y te quita, y te quita
y te da!
Paso por días de sol, luz y de aguaceros,
Paso por noches de tinieblas y de lunas;
Paso afirmando, paso negando, paso con dudas,
Entre risas y amarguras, buscando el porqué y el cuándo.
Coro: ¡Maestra vida, camará! ¡te da y te quita, y te
quita y te da!
Coro
Maestra vida de justicias e injusticias, de bondades y malicias,
Aún no alcanzo a comprenderte.
Maestra vida, que según o no perdona.
Voy buscando entre tus horas el espejo de los tiempos
Para ver tus sentimientos y así comprender tus cosas.
Y vi espinas y vi rosas. Vi morir seres queridos, vi bellezas.
Fui testigo de maldades y de guerras.
Vi lo bueno de la tierra, y vi el hambre y la miseria y,
Entre el drama y la comedia avancé entre agua y fuego.
Y en Dios me acuerdo primero solo en trance de morirme, o
A veces cuando estoy triste, más nunca si estoy contento.
No dura agradecimiento pa’ aquel que nos da la mano,
Tan pronto nos sale el clavo, se olvida to’ el sufrimiento.
Y tengo amigos, conocidos y enemigos, amores que me han querido
Y rostros que niegan verme.
Me encontré frente a la Muerte y en sus ojos vi el sentido,
Y con el miedo conmigo, así yo aprendí a quererte.
Y hoy se que nada es seguro, ya que todo es pasajero,
La Muerte es el mensajero que con la última hora viene y
El tiempo no se detiene, ni por amor ni dinero.
La Muerte es el mensajero que con la última hora viene y
El tiempo no se detiene, ni por amor ni dinero.
¡Carmelo!
¡Carmelo!
Maestra vida, me voy persiguiendo al tiempo,
A ver si encuentro respuestas antes de la hora en que yo muera.
Aunque me estoy resignando a esta fatal realidad:
Coro: ¡Maestra vida, camará! ¡te da y te quita, y te
quita y te da!
Coro
Coro
Coro
Coro: ¡te da y te quita, y te quita y te da!
Coro
Coro
Coro
Ay, maestra vida camará.
Coro
Pero te da, te quita, te quita y te da.
Coro
Oye, cuando tú menos lo esperas.
Coro
Va la sorpresa camará.
Coro
Y el tiempo, mira, no se detiene.
Coro
Ni por amor, ni por dinero.
Coro
La Muerte, compa, la Muerte es el mensajero.
Coro
Que, que, que, que con, que, que, que, que con la última hora
viene.
Coro
Cuando se murió Carmelo.
Coro
Sentí un dolor tan profundo.
Coro
Que no hallo nada en el mundo.
Coro
Con que poder consolarme.
Coro
Coro
¡Carmelo!
¡Carmelo!
Hay que vivir pese a los problemas hay que vivir
Una vez se llore hay que seguir
Porque solo se vive una vez amigo.
Hay que vivir, para seguir viviendo hay que entender
Que no importa el como, sino el hacer
Porque hay que dar para recibir
……………………….
……………………….
Nota final:
Ramiro DaSilva y su esposa de
hecho, Virginia Ocasio, perdieron la vida el día martes 4 de
julio de 1973 abaleados por efectivos policiales que efectuaban una
operación de desahucio en el caserío denominado “El
Progreso”, en terrenos de propiedad del Licenciado Fulano de Tal,
senador millonario del partido “Rebúscate como puedas”,
actualmente en el Poder.
Les sobreviven sus hijos Rafael,
Naima, Pablo, el hambre, la miseria y la Esperanza.